Con el Reiki canalizamos la energía vital universal a través de las manos. Entramos en un estado de relajación profunda o duermevela (totalmente consciente), que nos permite liberar las tensiones acumuladas, tomar consciencia de lo que está pasando en nuestro interior y dejar que cada cosa se coloque donde tenga que estar. No es un acto consciente del terapeuta, es la energía que trabaja. Es un momento de reconexión, de entrar en contacto con la fuente. Es por ello que el Reiki puede acompañarnos y traer alivio ante cualquier proceso, ya sea físico, emocional, mental o espiritual. Puede ser en persona o a distancia. Para trabajar estás tumbada en la camilla (cama o sofá para las sesiones online) en un espacio cálido y acogedor para favorecer la relajación. Si la información está disponible, es posible que te de algunas pautas después de la sesión para que puedas seguir trabajando. *Podemos trabajar por mensaje o llamada (sin necesidad de videollamada) si te resulta más fácil. Házmelo saber cuando vayas a coger la cita.