Según el caso, puedo ayudarme de dos herramientas provenientes de la Medicina Tradicional China: -GUASHA Traducido como “gua” raspar y “sha” arena, es una herramienta que nos ayuda a trabajar con la energía estancada. A nivel físico, nos ayuda a centrar la atención del cuerpo en una zona concreta para su reparación; aumentando en dicha zona la circulación sanguínea y linfática, estimulando el intercambio de nutrientes y la eliminación de toxinas. Ayuda a relajar los músculos, a aliviar el dolor y la tensión, estimula el sistema inmunológico y la formación de colágeno. También se utiliza con fines estéticos en los tratamientos reductores y en los tratamientos anti-age combatiendo las arrugas y la flacidez de la piel. -VENTOSAS A través de la aspiración de la zona (con un sistema de vacío por pompa), fomentamos un flujo masivo de sangre que estimula la eliminación de toxinas y dota al área de oxígeno y nutrientes provocando un efecto analgésico y de descomprensión. Además activa el sistema inmunitario aportando leucocitos a los tejidos. Esto las hace ideales para trabajar sobre contracturas, músculos tensionados y tejidos pegados con falta de oxígeno y movilidad. Dependiendo de la persona y el momento vital que esté atravesando (muchas veces está relacionado con el cúmulo de toxinas en el tejido o bloqueo de energía), el uso de estas herramientas puede dejar marcas temporales a nivel cutáneo. Si quedan marcas, pueden ir del rosa al negro, atravesando el morado, y pueden durar de un par de horas hasta un máximo de 10 días (en muy raras ocasiones). Tanto la Guasha como las ventosas, están contraindicadas en varices y trombos, en personas con tratamientos anticoagulantes y en zonas de la piel con golpes, traumas, contusiones, edemas o heridas. Para personas con enfermedades autoinmunes, podemos utilizar estas herramientas sólo si la enfermedad está regulada y no está pasando por un momento de actividad aguda de la enfermedad.